
No se trata de renunciar al placer, se trata de aprender a cocinar.
Conozco gente que está empezando a hacer el cambio hacia un mundo más empático con los animales, y el primer paso suele tocar la alimentación. ¡Me encanta, y siempre van a tener todo mi apoyo! El problema está en que después de muchos años de alimentación omnívora, nuestro paladar se ha acostumbrado a ciertos sabores y, puede parecer, que la clave está en decir “NO” a todo lo que contenga ingredientes animales, pero te voy a decir una cosa, esto no va de fuerza de voluntad, esto va de amor.
Amor hacia los animales, amor hacia el planeta y, por supuesto, amor a uno mismo. La clave en la transición al veganismo está en adoptar nuevos hábitos, y el primero de todos es aprender a cocinar. Poco a poco, a tu ritmo y sin agobios, porque esto no es un sprint sino una carrera de fondo, el cambio debe ser permanente y tienes que poder disfrutar de ello, así que poner en práctica nuevas recetas que sustituyan de manera eficiente a tus viejos hábitos hará que no necesites de fuerza de voluntad.
Algunas personas llegan al súper y cargan su carro de un montón de alimentos procesados, si, veganos, pero poco saludables, (tan poco saludables como la versión animal), así que estás cambiando un mal hábito por otro casi igual de malo. Tenemos que respetar la vida animal, y también la nuestra, y nuestro cuerpo.
Una de mis personas cercanas en proceso hacia el veganismo, me decía “no sabes cuánto echo de menos un poquito de jamón York en mis tostadas del desayuno“, y para ella especialmente, traigo esta receta estupenda que es saludable para el cuerpo y a la vez sabrosa y respetuosa con los animales, un “falso jamón York” hecho con calabacín. ¿Te apetece la idea?
Elaboración
Esta receta es tan fácil como la de No-jamón serrano que tienes AQUI
- Empieza por pelar el calabacín (ya sé que la piel es comestible y concentra muchas de sus vitaminas y minerales, pero en esta receta no nos hace falta). Con una mandolina corta lonchas finitas, como de 2 o 3 mm (también puedes hacerlo con un cuchillo, es cuestión de destreza). Cuando llegues a la parte de las semillas, ¡PARA!, dejamos el corazón del calabacín para cualquier otra preparación, en este caso quedará más bonito si no tiene semillas.
- Extiende las lonchas de calabacín sobre una bandeja y pon sal por encima, esto hará que suelte agua y se ablanden sus fibras, la textura va a cambiar en media hora (más o menos) y quedará muy parecida a la del jamón York, blandita y maleable sin romperse.
- Mientras tanto, bate el trozo de remolacha con el vaso de agua (esto va a darle el color) y viértelo sobre un tupper de cristal. Añade el resto de ingredientes y remueve bien. La esencia de humo es opcional, entiendo que no todo el mundo tiene en su cocina, pero en realidad no es difícil de encontrar en internet (en las tiendas es un poco más complicado) y va a dar un sabor muy especiales a muchas comidas. Como ves no ponemos sal, porque ya la incluimos al principio y porque el Tamari también es salado, pero tú decides si necesitas un extra.
- Pasada la media hora, retiras el exceso de sal del calabacín con un papel de cocina, o también puedes lavarlo bajo el grifo, y pon las lonchas con cuidado dentro del tupper, asegurándote de que todas quedan bien impregnadas.
- Lo siguiente es el reposo, el calabacín tiene que absorber todos los ingredientes para conseguir el color y el sabor que estamos buscando. A mi me gusta hacerlo la noche anterior, pero al menos que sean 4 o 5 horas.
- Listo, ya tenemos nuestro York preparado para usar !!!! Saca las lonchas y escurre bien, tanto el sabor como la textura te van a sorprender.
Puedes comerlo así en frío, pero también está delicioso en caliente pasado por la plancha, o en el tradicional sandwich mixto con un rico queso casero.
Con esta receta estamos comiendo un alimento delicioso y saludable, pero ¡¡Ojo!! no estamos sustituyendo a nivel nutricional al jamón, puesto que la cantidad de proteínas en las verduras es mínima.
Es importante que, si no tienes conocimientos de nutrición, te dejes asesorar por un profesional, por lo menos al principio, para saber cuáles son las necesidades de tu cuerpo y cómo cubrirlas a lo largo del día. Necesitamos carbohidratos complejos, proteína, grasas saludables, vitaminas, minerales… y no siempre es fácil hacerlo en las proporciones adecuadas en función de tu edad, complexión, actividad física….no puedes dejarte guiar solo por tu paladar.

Escrito por: Beba
Cocinar es de Guapas – Agosto 2020