
El plato de pasta más sencillo del mundo
Recuerdo mi primer viaje a Italia, allá por 1986, estuve en Milán, en casa del noviete que tenía en ese momento, y allí se comía pasta todos los días, eso sí, con distintas recetas y en distintos formatos.
Dos cosas me quedaron grabadas: da igual a qué hora te levantaras, siempre era con el aroma del café fuerte recién hecho, y del “succo di pomodoro” (salsa de tomate) que la Nonna preparaba desde bien temprano y a fuego muy lento. Y lo segundo, es que allí no había pereza para cocinar, si salíamos de fiesta y llegábamos a las cuatro de la mañana, era el momento de un plato de pasta jajaja, tal cual, llegas con hambre y no le das un pellizco al pan, enciendes el fuego y preparas spaghetti, la mayoría de las veces, en su versión más sencilla, “aglio e olio” , o lo que es lo mismo, ajo y aceite.
Te digo la verdad, yo no he vuelto a prepararlo a las cuatro de la mañana, pero si muchas veces para comer, y en ese caso, suelo añadir otros ingredientes para convertirlo en un plato completo ¿Te apetece la idea?
Elaboración
- En una sartén, pones dos o tres cucharadas soperas de aceite de oliva rico y echas los ajos cortados en láminas y las guindillas enteras. No pares de remover para que los ajos no se quemen, en cuanto empiecen a dorar, retiras todo y reservas en un plato.
- En la misma sartén, pones el tofu cortado en dados y las aceitunas cortadas en rodajas. Das vueltas hasta dorar.
- Mientras estás haciendo esto, tienes un cazo al fuego con agua hirviendo para la pasta, los fideos de patata se hacen súper rápido, en tres minutos más o menos.
- Escurre los fideos en cuanto estén listos y viértelos sobre la sartén a la que habrás vuelto a añadir los ajos, (ya no pongas la guindilla, ha dejado su sabor en el aceite), un poco de orégano y sal. Remueves todo para integrar y al plato !!!
Te digo una cosa, yo no sabría vivir sin ajos, me parece uno de los condimentos indispensables en mi cocina, pero quitando mis gustos particulares, te diré que es un alimento más que interesante, principalmente por su contenido en alicina, flavonoides, vitaminas y minerales. Parece que los antiguos egipcios lo consideraban sagrado por sus propiedades medicinales.
- Favorece la circulación actuando como vasodilatador.
- Reduce los niveles de colesterol y la tensión arterial.
- Permite un mayor aporte de oxígeno a las células y la limpieza de toxinas.
- Evita la formación de trombos
- Tiene propiedades antioxidantes, antisépticas, aumenta las defensas, es antibacteriano..
- Ayuda a eliminar el ácido rico (causante de la gota)
- Incluso hay estudios que aseguran que previene ciertos tipos de cancer

Escrito por: Beba
Cocinar es de Guapas – Noviembre 2019